El tiramisú es, junto con la panna cotta, el postre por excelencia italiano. No es de extrañar, entonces, que esta receta deliciosa esté en mi familia desde hace tanto tiempo, ya que, debido a nuestro origen argentino, tenemos una gran influencia de la gastronomía y la cultura italiana. Esta receta es de mi abuela y queda absolutamente deliciosa: el bizcocho mojadito, la crema suave y esponjosa, el contraste del café, el chocolate y el mascarpone… No es por fardar de abuela, pero he de decir que está aún más rico que el tiramisú sin gluten que se puede comer en Pompi, il regno del tiramisù. Además, es una receta sencilla y rápida. Lo único que hay que hacer es prepararlo con un poco de antelación para que se refrigere correctamente y los sabores se asienten.
Con esta receta conseguimos un tiramisú grande de unos 32×24 cm. que da para 8-10 personas en función de nuestra glotonería. En las recomendaciones del bizcocho os hago unos comentarios importantes al respecto, ¡así que no las paséis por alto!
Una cosa importante del tiramisú es diferenciarlo de la tarta de tiramisú. El tiramisú de verdad tiene una única plancha de bizcocho en la base y toda la parte superior es crema. La tarta de tiramisú tiene dos o más capas de bizcocho con crema entre ellas y una crema superior. Esta receta es la del primer caso, que es la que siempre se ha hecho en mi casa. Esto permite, además, que el bizcocho quede más mojado, ya que si ponemos una capa superior de bizcocho y la empapamos mucho, chorrearía sobre la crema intermedia y puede quedar mal. Mi recomendación es hacer la receta tal cual.
Por cierto, he pedido precios para producir esta bolsa y por 8-10€ puedes tenerla cómodamente en tu casa. Si te interesa, escríbeme a singlutenismo@gmail.com y te doy todos los detalles!
Vamos con la receta, que ya hace mucho tiempo que quiero ponerla y nunca encuentro el momento… Sigue leyendo